Por:
Carlos E. Ramos
No
es fácil ver como una persona se desmorona, y menos después de hacer parte de
la socialité new yorkina. BLUE
JASMINE es la más reciente película de Woody Allen que será estrenada en las salas de cine colombiano el
próximo 18 de octubre de 2013.
El
film comienza con una de las piezas de música más hermosas de la historia del
jazz, Blue Moon, que arropa gran parte de las escenas del film, permitiendo
recrear los maravillosos personajes de los Hamptons y de su vida suntuosa y
vana.
Jasmine
(Cate Blanchet) y Hal (Alec Baldwin)
tienen aparentemente un matrimonio extraordinario, hasta que por obra del
destino, Hal, después de consecutivas infidelidades decide quedarse con unas de
sus amantes, y entonces todo cambia.
Después
del descalabro matrimonial y económico, a Jasmine no le queda otra opción que recurrir
a su única hermana Ginger (Sally Hawkins) en San Francisco, donde la cosa es
completamente diferente.
Woody
Allen, estrena de una manera excepcional, después de pasearse por algunas
ciudades europeas como París, Roma y Barcelona, vuelve de nuevo al paisaje
norte americano tomando escena en New York y San Francisco. El director tiene
la habilidad de tornear el rumbo constantemente, permitiendo crear una película
impredecible y entretenida que mantiene nuestros sentidos atentos al cambio de
carácter de los sucesos, sin salirse de una línea armónica de eventos.
La
esencia de la película toca temas bastante controversiales de la sociedad norte
americana del Siglo XXI, como la evolución de familias disfuncionales, la
diferencia de clases al interior de una sociedad capitalista, el perfil de los
políticos de Washington, la estrategia
en el lavado de activos, entre otros.
La
actuación de Blanchet es arrolladora, su versatilidad y madurez en escena
permiten la creación de un personaje impecable a tono con todas las variaciones
de los acontecimientos. Su Charme
innato le da fuerza y luz a Jasmine, a tal punto que es difícil concebir a este
personaje dramatizado por otra actriz.
La
apreciación hacia el séptimo arte está llena de subjetividades, y por ello
recaigo compartiéndoles que desde hacía mucho tiempo no sentía una explosión de
emociones extraordinaria, con un tema que es tan engañosamente básico. Es una
película que infinitamente les recomiendo y por lo tanto no se pueden perder.
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