martes, 12 de noviembre de 2013

Entrevista a Roberto Flores, Director de Cazando Luciérnagas: Un vistazo "al otro cine" que se hace en Colombia.



 


Muchos siempre me dicen que el cine nacional les da "pereza", que para ver "tanta bala y tetas" prefieren no perder el tiempo, o simplemente "prender los canales nacionales para ver eso en una novela". Cuan equivocados están, cuan ciegos por voluntad han querido estar... Quienes dicen esto se han perdido de una nueva ola de cine nacional que ha despuntado en los
últimos años con brillantez gracias al análisis de problemas de nuestra sociedad desde otra perspectiva ("La Sombra del Caminante", "Roa", entre otras películas),  o bien sea con el acercamiento a problemas intímos, las denominadas 'historias mínimas', que plantean procesos de crecimiento individual de personajes en los contextos mágicos que nos regala nuestra Colombia ("Los Viajes del Viento", "El Vuelco del Cangrejo", "Sofía y el Terco", etc.).
 

Bueno, "Cazando Luciérnagas" corresponde al último grupo descrito, pues se centra en la historia de un personaje absolutamente ermitaño, del cual se desprenden una serie de evoluciones personales a través de sentimientos universales que nos guían por una historia sencilla, linda, desprendida de cualquier grandilocuencia. Una historia de tres personajes, donde uno de ellos es un perro, donde la dirección es sútil y las actuaciones transmiten más que películas con mil actores en escena.

Esas películas son como luciérnagas, que para verlas hay que estar dispuestos a abrir bien los ojos, respirar sin prisa, sentándose con pausa a desprenderse de todos las predisposiciones que nos ha cultivado una industria que generalmente nos trae más productos que historias.

A continuación les presento una entrevista que hice a Roberto Flores, Director de Cazando Luciérnagas, en donde hablamos de la película y de paso hicimos un vistazo al momento del cine colombiano, haciendo gran hincapié en lo que representa hacer una película de éste corte en medio de un contexto acostumbrado a otro tipo de cine.





Sinopsis 'Cazando Luciérnagas': "Manrique es el encargado de vigilar una mina de sal abandonada en un lugar recóndito del Caribe colombiano. En este trabajo ha encontrado el pretexto para aislarse de un mundo que no le interesa. Sin embargo, la aparición insólita de una perra de raza a la que le gusta cazar luciérnagas en la oscuridad y la llegada inesperada de Valeria, una hija de trece años de edad cuya existencia no conocía, le darán a este solitario hombre una oportunidad para recuperar la alegría de vivir". 


¿En qué o quién fue inspirado el personaje principal, el de Manrique? ¿Por qué Marlon Moreno fue el escogido para representarlo?

Roberto Flores: El personaje no está inspirado en nadie en particular, sino más bien en un tipo de ser humano que a mi guionista, Carlos Franco, y a mí nos apasiona: aquel que se encuentra solo en medio de un mundo híper habitado, que no encuentra nunca las palabras adecuadas, que tiene dificultades para sobrellevar el mundo que le ha tocado habitar pero, sin embargo, descubre el camino para redimirse y rescatar su propia humanidad.

Marlon Moreno es, para mí, el mejor actor de la mejor generación de actores colombianos. Conocía sus enormes capacidades actorales y era consciente de que sus propias vivencias como padre enriquecerían el personaje. Además, es una persona de retos y yo sabía que él le entregaría todo y más a la película. Marlon nunca guarda nada, lo entrega todo de manera generosa y profesional cuando trabaja.


La película explora una serie de sentimientos universales, desprendida de la interacción de Valeria y Manrique: ¿cómo fue dirigir una película en donde la carga dramática la tienen tan sólo dos personajes, dando a la final un resultado tan valioso como lo es la película?

Roberto Flores: Fue un reto tremendo y debo decir que en algunos momentos del rodaje llegue a pensar: “¿Lo estaremos logrando?”. Creo que lo peor que le puede pasar a una pieza cinematográfica es quedarse a mitad de camino. Es decir, carecer de personalidad. No jugársela por nada. Si quieres hacer una película mainstream, de género, que haga taquilla, hazlo. Si deseas construir un relato íntimo, minimalista, llévalo hasta el final. Pero apuéstale a algo. Respeto las piezas audiovisuales que salen a luchar por algo, en cualquier arena y lo hacen coherentemente. No hay nada más triste que una película que no le inspire nada, a nadie, en ningún circuito, ni artístico ni comercial.


 (Foto: Roberto Flores, director Cazando Luciérnagas)



Como cineasta (a nivel de producción y creativo), ¿cuáles son las enseñanzas que deja el bagaje de rodar una película como Cazando Luciérnagas en medio de una industria cinematográfica como la colombiana?

Roberto Flores: No lo puedo asegurar porque no he rodado en ningún otro país, pero sospecho que las enseñanzas que me está dejando este proceso en Colombia son las mismas que me hubiera dejado un proceso similar en cualquier lugar del mundo. Cuando uno habla con directores y productores de otros países, se da cuenta de que el panorama no es tan distinto al nuestro, en ninguna parte. 

El cine o más bien, las dinámicas de consumo del cine están cambiando a velocidades increíbles, en algunos casos para bien y en otros no tanto, como todo. Si queremos continuar en esto, con integridad e independencia, debemos intentar comprender el espíritu de nuestros tiempos. La sala comercial de exhibición es hoy un espacio, en general, dedicado a la proyección de fantasías tecnológicas rimbombantes. Quienes queremos hacer otra cosa tenemos que buscar la manera de acceder a nichos transnacionales que establezcan un diálogo estético con nosotros y le den viabilidad financiera a nuestras búsquedas.

¿Cuál es la lectura que hace de la situación actual del cine en Colombia para que películas como Cazando Luciérnagas, alejadas radicalmente de los caminos típicos que siempre ha involucrado el cine local (humor, escenas con contenido sexual, violencia...), estén teniendo mayor preponderancia en la producción local?

Roberto Flores: Una de las asignaturas más reprobadas por nuestra débil y naciente industria, es la de la promoción. La gran mayoría de los colombianos continúa convencido, aunque ya no es así, de que las películas colombianas le apuestan siempre a lo mismo. Si hacemos un escaneo rápido por los títulos de los últimos años, vamos a encontrar que hay de todo, pero eso no se sabe y por supuesto, no se dice. En todo caso, pienso que el problema de nuestro cine no son los temas sino las miradas y en eso estamos trabajando. 

Personalmente me siento muy orgulloso del trabajo de muchos de mis colegas y creo que seguiremos mejorando, a todos los niveles, si logramos sortear los escollos que en este momento enrarecen un poco el ambiente en torno a nuestro cine y que tienen que ver, por supuesto, con la relación público/película.


¿Qué ha cambiado para que tengan más espacio estas películas que apuestan a fórmulas distintas a las más habituales de la producción local?

Roberto Flores: Creo que es una búsqueda muy loable la de cualquier ser humano que pretenda entretener a sus congéneres. Divertirlos. El problema es que también me parece necesario que conmovamos, confrontemos, incomodemos o estimulemos intelectualmente a nuestros pares. Sin embargo, en la actual “sociedad de la entretención”, intentar relacionarse con los demás a otro nivel es a veces motivo de furia o por lo menos, de rechazo. 

Afortunadamente existe gente que quiere ver, sentir y reflexionar en torno a otras cosas, y son ellos los que han abierto la puerta para que esas miradas diferentes hagan presencia en nuestro cine.

En general, ¿cuáles son las expectativas de la película a nivel de Festivales Internacionales y recaudación local e internacional?

Roberto Flores: La película ha sido muy bien recibida por los festivales y la crítica internacional. Gramado, Chicago, Roma, Huelva y Ginebra (Suiza) nos han seleccionado y la lista, parece, seguirá creciendo. La crítica nacional ha sido prácticamente unánime y nos ha reseñado con generosa dedicación y seriedad. Con los números de la taquilla nacional, soy realista. El asunto no es fácil y ese es un acertijo que toca seguir descifrando.

Roberto Flores Prieto


Graduado de la Escuela Internacional de Cine y Televisión de San Antonio de los Baños, en Cuba, la obra reciente del director Roberto Flores Prieto incluye el largometraje ‘Heridas’, seleccionado en Rio de Janeiro en 2008; y el documental ‘La hija de la luz’, ganador del DocTV Colombia 2009 y nominado a los premios India Catalina de Cartagena de Indias en la categoría documental.

Dirigió Cazando Luciérnagas (2013) así como Ruido Rosa (2014), ambos largometrajes ganadores del Fondo para el Desarrollo Cinematográfico en Colombiano en 2010 y 2019 respectivamente. Actualmente dirige el programa de televisión para niños Waldo y Los Numerolocos producido por el canal señal colombia y la Fundación Universidad del Norte de Barramquilla. El Paraíso y Tan Lejos Como Puedas, son dos de sus más recientes proyectos de largometraje en desarrollo.




NOTA: Muy recomendada la canción "No hay soledad" de La Margarita y que es utilizada como soundtrack en la película. No la encontré en Youtube, pero al abrir la página de la película suena inmediatamente.