viernes, 4 de octubre de 2013

La infidelidad a ocho bandas: Los Infieles (Les infidèles)


¿“Carpe diem quam minimum credula postero”?

¿Qué es la infidelidad, una ausencia?

¿Qué es la infidelidad, una oportunidad?

¿Qué es la infidelidad, una mala excusa?

¿Qué es la infidelidad, una serie de palabras bien hiladas en la mano izquierda y una serie de mentiras bien dichas en la mano derecha?

¿Qué es la infidelidad?

Las pistas no son lo mismo que las evidencias.


El grupo de apoyo de Infieles Anónimos, sin duda una de las historias más divertidas de la película.
La inconciencia implícita en la lujuria domina un rompecabezas de clips que parecen a priori individuales, pero que en la suma desmenuzan sin temor alguno lo que es la infidelidad desde los ojos de un hombre, de muchos hombres, de una esencia tan frágil como primaria.

Ese rompecabezas se llama 'Los Infieles' ("Les infidèles", en su nombre original, o "The Players", como llegó a Estados Unidos) , una película francesa dirigida por 8 directores, uno por cada mini historia que se nos muestra, y protagonizada en una notable actuación por la dupleta compuesta por el reconocido protagonista de 'El Artista', Jean Dujardin, y Gilles Lellouche.

Tal vez la faceta más destacable de la película es su ejecución de guión, que logra abordar los clichés de la infidelidad, que no son clichés sino realidad misma, ese chiste obvio que no es tan obvio pues todos lo hemos visto, o mejor/peor aún, todos lo hemos vivido.

La banda sonora de ‘Los Infieles’ es la justa. Muchas canciones suenan a la par de esos clichés que no lo son tanto y que uno entiende totalmente porque representan el alma del momento. Otras canciones son simplemente bien escogidas, como ‘Have love will travel’ de The Sonics, o ‘Ma Quale Idea’ de Pino D’ Angiò.
 


Lo triste y gracioso es que cuando se prenden las luces del cine, o durante la trama, se reconocen las situaciones mostradas en escenas, por patéticas que sean, bien siendo estas espejos de historias que hayamos vivido o nos hayan contado. Claro esta, desde una mirada absolutamente masculina.

A la final el balance es de risas y muchos momentos incómodos (de los inteligentes), producidos adrede para transgredir la pantalla y agredir un poco al espectador. También se da un derroche de escenas explicitas que tapan diálogos que van cambiando de a poco el rumbo de cada historia: una tensión entre la provocación de personajes bizarros pero comunes, que logran crear conexión e identificación con el público.

En conclusión vemos una exposición de sentimientos, culpas, arrepentimientos, nostalgias, dolores y mucho “carpe diem”. Pero todo “carpe diem” trae una reacción, C’est la vie.

NOTA: El final es una "guarrada" absoluta, la conclusión más descabellada y cómica (aunque sé que para muchos pueda quedarse tan sólo en "desagradable) que pudieron haber inventado. Es más, la película puede ser juzgada con crudeza y verse ésta como la bitácora de un par de 'playboys' empedernidos, pero creo que con una pieza como esta, donde se arriesga a proponer un cine fuera de la estructuras narrativas comunes por el 'puzzle' de historias que desarrolla, y que además se planta en profundos dilemas emocionales aunque vistos con una superficialidad aparente

No hay comentarios:

Publicar un comentario